Nada más iniciar la subida nos topamos con una pequeña calleja de piedra, con una pared de rocas con formas inconfundibles en los que los primeros habitantes de Palomera aprovecharon sus huecos para construir sus primeras viviendas y posteriormente las cortes donde se guardaban los cerdos que cada familia criaba para su abastecimiento.Unos 100 metros más allá nos encontramos con el cruce que une el camino de la entrada que sale desde la plaza del pueblo.

Continuamos e iniciamos la subida hacia el mirador de los Callejones. En este punto hacemos una parada para disfrutar de las extraordinarias vistas que nos ofrece. También podemos contemplar los restos de pajares de las Eras Altas que nos hacen trasladarnos a la época de la trilla y el arado. Tras este maravilloso espectáculo visual iniciamos la vuelta. Alargamos un poco más el camino dirigiéndonos hacia la salida más lejana para deleitarnos aún un ratito más de estos paisajes que nos llevan a tiempos lejanos y llenos de magia.

Podéis seguir este itinerario aquí.