El pasado miércoles 28 de enero nos fuimos desde Palomera hasta Cuenca para unirnos a los miles de conquenses que celebramos el día de nuestro patrón, San Julián, subiendo a hasta la ermita que lleva su mismo nombre. Pasamos una mañana de lo más agradable, disfrutando de Cuenca, sus fántasticos paseos y sus tradiciones.
El recorrido que llega hasta la ermita forma parte del Sendero SL 11 de unos 7 km de longitud y dificultad fácil, con algo de pendiente en algunos tramos y altitud máxima de 1035 metros. Tiene su inicio en frente del Recreo Peral, de dónde sale el camino de San Julián y pasa por el Mirador de Cuenca, Ermita de San Julián el Tranquilo, presa de Las Grajas, paraje de San Juan de la Rivera y la ermita de las Angustias.
Nosotros en esta ocasión no hicimos le recorrido entero, aunque es más que recomendable ya que permite disfrutar de las dos caras de Hoz del Júcar.
Una vez cogido el camino de subida a la ermita hicimos una primera parada para coger unos panecillos típicos de San Julián de los que dimos buena cuenta luego en la merienda. ¡Estaban riquísimos!
- Cuenca desde la Hoz del Júcar
- Vistas de Cuenca
- Vistas del Casco Antiguo de Cuenca
Igualmente de impresionantes son las vistas a la imponente Hoz del Júcar.
Continuamos el camino con alguna que otra parada para saludar a los amigos que nos encontramos y disfrutando del espéctaculo que la naturaleza nos ofrece, (a pesar de que apenas ha llovido y está muy seco el campo) en forma de olores, colores y las distintas especies vegetales de la zona como espinos, enebros, pinos o sabinas.
Llegamos a la ermita sobre las 13.00, a punto de comenzar la misa ofrecida en Honor de San Julián.
San Julián fue nombrado segundo obispo de la diócesis de Cuenca en 1198 y ocupó ese cargo hasta su muerte en 1208. En los exteriores de la ermita vemos un cartel en el que se recoge la historia de este santo y nos permite averiguar más cosas sobre su vida.
- San Julián
- Capilla de San Julián
- Historia de San Julián
Tras almorzar en una de las explanadas cercanas a la ermita, decidimos volver para Cuenca, no sin antes deleitarnos otra vez con las vistas de la Hoz de Júcar desde allí arriba.
Para no repetir recorrido, bajamos por el escalerón de piedra que te lleva hasta a la carretera.
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