Hoy vamos a subir a hasta las Eras Altas de Palomera a recordar una de las actividades agrícolas que se realizaban en el pueblo: la trilla.
Queremos dar las gracias a Raúl Contreras que nos ha permitido compartir con todos vosotros unas fantásticas fotografías antiguas hechas por su padre, el escritor, pintor y fotógrafo conquense Amancio Contreras Muñoz que nos permiten ilustrar esta entrada y ver cómo se realizaba esta labor de trilla con mulas que estuvo en activo en Palomera hasta bien entrados los años 80 del siglo pasado.
- Eras Altas en plena actividad
- Palomera y sus Eras Altas
- La trilla en las Eras Altas
Tras la siega que tenía lugar desde finales de junio a principios de septiembre, se acarreaba la mies (cereal ya maduro) hasta la era y allí lo primero que se hacía era extender la parva con las horcas. Las horcas eran de madera, de una sola pieza, con dos, tres, cuatro o incluso cinco dientes. Una vez extendida se dejaba calentar y se pisaba con un rulo de piedra de forma que se iba reduciendo el volumen de la paja y se iban desgranando las espigas para iniciar después la trilla.
- La trilla en Palomera
- Alejandro Galache trillando
Para ello se enganchaba el trillo a las caballerías, en Palomera formadas por machos y mulas. El trillo estaba formado por una plancha de madera, en cuya superficie se incrustaban una gran cantidad de piedras cortantes, normalmente lascas de sílex y el frente curvado hacia arriba como si fuera un trineo. El trillador o trilladora daba repetidas vueltas a la era, dando cada cierto tiempo la vuelta a la parva con las horcas, ayudados también de rastrillos u horquillos. Después, se ablentaba el grano, eliminando los restos de polvo o paja que aún tuviera.
- La trilla también la hacían las mujeres
- Julito trillando en la era
Hoy apenas quedan restos de esta actividad, podemos encontrar algún rulo de piedra en alguna era y restos de pajares pero sigue siendo un placer subir por los callejones y dar un paseo por allí y recordar los momentos en los que las eras estaban rebosantes de actividad. ¡La de veces que de niños hemos jugado por allí a buscar restos de las piedras de sílex de los trillos y chocarlas entre sí para hacer chispitas!
Sirva esta entrada del blog para recordar todos esos momentos y para hacer un merecido homenaje a todas las gentes del pueblo que tuvieron que realizar estos costosos y nada reconocidos trabajos, así como a la labor de fotógrafos que como Amancio Contreras nos regalaron estas imágenes para el recuerdo. ¡Mil gracias a todos ellos!
Leave A Comment